domingo, 20 de abril de 2008

RELACIONES SEXUALES


A diferencia de las relaciones sociales, en las relaciones sexuales entramos en contacto con una parte de nuestra personalidad que permanece oculta para nosotros (y para los demás) la mayor parte nuestras vidas. No tenemos como en el día a día un lenguaje, una rutina, una personalidad definida y estable. En el lecho se asoma a nosotros mismos una nueva personalidad no moldeada por nuestra conciencia, no ejercitada por ninguna rutina, no tan sumisa tampoco como la otra. Ahora bien es con este nuevo perfil con el que entraremos a la cama con otra persona y lo mismo le sucederá a esta y, cuando esas dos personalidades nuevas choquen un sin fin de desatinos podrán ocurrir ¿Cómo entendernos con la otra persona si apenas sabemos lo que queremos nosotros mismos? La manera más sencilla es fluir a través del erotismo y prestar atención al lenguaje corporal. La relación sexual no debe ser un frenesí a ciegas de lujuria personal sino una monólogo de dos cuerpos. Como los contactos en la cama son más esporádicos que los sociales es mas difícil llevar una percepción acabada y nítida de los acontecimientos, sin embargo el lenguaje corporal es una buena forma de orientaros a través del placer sin violentarnos, ni violentar a la otra parte. Porque decimos esto, pues porque los primeros encuentros en la cama de las parejas, suelen ser un manojo de nervios, de inseguridades, y una docena de actos ejecutados fuera de tiempo que, en vez foguear las sabanas, las enfrían.



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